La prevención evita una fuerte contaminación
En general, una posición de las cerdas rectas y no aplastadas en las escobas es la mejor precaución contra la acumulación de suciedad y los depósitos. Si las cerdas se mueven libremente y no se doblan, cualquier inclinación o atasco de suciedad se puede eliminar fácilmente golpeando o sacudiendo después de cada uso.
Para mantener la escoba lo más autolimpiable posible, se deben seguir algunas reglas de almacenamiento y uso:
- Cuelgue la escoba y no se pare sobre las cerdas. Si se coloca sobre las cerdas, alinéelo lo más recto posible e idealmente cambie el lado de contacto una y otra vez.
- Nunca use la escoba en pisos húmedos o para tipos de suciedad húmeda y grasosa. Limpie los charcos y los residuos de precipitación en el área exterior únicamente con escobas especiales para exteriores y calles con cerdas sintéticas gruesas.
Herramientas y ayudas de limpieza
El tipo de suciedad más común es la acumulación de polvo y pelo entre las cerdas. En la mayoría de los casos, el residuo se puede eliminar limpiándolo con los dedos y sacudiéndolo. Hay varias herramientas de peine para ayudar con la pelusa y las escamas rebeldes.
Un rastrillo de escoba, también conocido como limpiador de pisos, consiste en un mango con una cabeza a través de la cual se clavan varios clavos. Una pequeña placa de metal, perforada con agujeros para los clavos, se sujeta a los extremos del eje de los clavos. Una vez que se han peinado las cerdas de la escoba, la placa de metal suelta todos los residuos de suciedad en el "bosque de uñas" tirando hacia abajo.
Un peine de crin y curry de accesorios ecuestres también puede ser útil. Los amplios espacios entre las púas permiten que las cerdas de la escoba se peinen con eficacia.
Cada borde rectangular se puede utilizar para quitar las cerdas. Después de cambiar de dirección varias veces, la suciedad suelta se elimina o se sacude.
consejos y trucos
Puede "proxeneta" las cerdas naturales con medios simples. De vez en cuando, sumerja la cabeza de las cerdas en un baño tibio con agua y un afilador de salmiak. El agua con lubricante, jabón cuajada o detergente funciona mejor si las cerdas de la escoba se han ensuciado pegajoso.