El problema de la electricidad verde
En Alemania, las turbinas eólicas ya suministran grandes cantidades de electricidad. Más precisamente, a menudo más de lo que realmente necesitamos. En 2011, se perdieron más de 407 gigavatios hora de electricidad que nadie necesitaba. Esta cantidad es incluso mayor que el requerimiento anual de electricidad para una ciudad de cientos de miles.
El problema: las turbinas eólicas producen electricidad cuando sopla el viento, y no cuando se necesita. Por eso, la tecnología solo es adecuada de forma limitada para cubrir la denominada carga base. La cantidad de electricidad que proviene de los sistemas no se puede almacenar temporalmente en momentos de baja demanda: las turbinas eólicas se apagan antes de que la red se sobrecargue.
El exceso de electricidad es caro para las empresas eléctricas: tendrían que pagar para deshacerse de la electricidad que no se utiliza. Este exceso de electricidad podría entregarse a los hogares a muy bajo costo.
Los calentadores de almacenamiento nocturno existentes son suficientes
Después de que se levantara la prohibición de la calefacción de almacenamiento nocturno, alrededor de 1,4 millones de calentadores de almacenamiento nocturnos siguen funcionando en Alemania. Según la RWE, esto representa un potencial de alrededor de 10 gigavatios en el que la electricidad podría "almacenarse temporalmente".
Una prueba con 50 hogares ya ha demostrado que la opción es fundamentalmente económicamente viable. No solo se beneficiarían los proveedores de electricidad, sino también los propietarios de dispositivos de almacenamiento nocturno. Podría obtener el excedente de electricidad a muy bajo costo y usarlo para calentar. Todo lo que se necesita es modernizar la electrónica de control que reacciona a las señales de temperatura y precio y recarga la electricidad a bajo costo.
Otras opciones imaginables
También sería bastante concebible utilizar tales calentadores de almacenamiento nocturno solo como calentadores adicionales. Por ejemplo, a través de un calentador de inmersión eléctrico, que además calienta el agua en el sistema de calefacción con la electricidad barata y puede reducir así el consumo de petróleo y gas.
Cualquiera que opere un sistema de calefacción solar térmica o use energía solar para calefacción podría compensar fácil y económicamente las brechas en el suministro en lugar de tener que usar la costosa electricidad de la red pública.
Críticas a la tecnología
Las posibilidades técnicas parecen interesantes a primera vista, en particular para compensar las altas pérdidas causadas por la falta de capacidad de la red. La tecnología planificada también ha recibido críticas de muchos ambientalistas.
Los calentadores de almacenamiento nocturno son una "tecnología de dinosaurios" que no tiene cabida en los hogares modernos y, además, el proyecto sirve principalmente para ahorrar costosas inversiones a los grandes proveedores de electricidad. Greenpeace afirma que el funcionamiento de los calentadores de almacenamiento nocturno produce una gran cantidad de gases de efecto invernadero, mucho más que las modernas calderas de condensación de gas o las calderas de pellets.
Evidentemente, nadie ha pensado en la calefacción nocturna con acumuladores como una forma de utilizar la electricidad generada por un sistema fotovoltaico para calentar a bajo coste. Esa sería un área de aplicación perfectamente lógica y probablemente también más rentable que otras tecnologías de almacenamiento de electricidad.