Agua medicinal para enfermedades »A qué debe prestar atención

Cómo funciona el agua medicinal

El agua medicinal es uno de los remedios naturales más antiguos. Su modo de acción se basa en su alta mineralización, muchas veces superior a la de las aguas de otras fuentes.

Además del agua, las sales disueltas, los electrolitos y los minerales son las sustancias más importantes para el funcionamiento de la química de todo nuestro cuerpo. Si hay una falta de minerales en el cuerpo, muchos procesos metabólicos y reacciones químicas en el cuerpo ya no son posibles o solo son posibles de manera limitada. La amortiguación de ácidos y bases dentro del cuerpo ya no puede tener lugar por completo.

Deficiencia de minerales

En la mayoría de las naciones industrializadas occidentales, una gran parte de la población sufre una pronunciada deficiencia de minerales. Esto se debe a que, en general, se comen muy pocas verduras: solo las plantas y partes de las plantas contienen suficientes minerales que son vitales para nosotros.

Esta es precisamente la razón por la que beber agua químicamente modificada, por ejemplo, de sistemas de ósmosis inversa, es tan poco saludable y, a veces, incluso peligroso para nuestro cuerpo.

Beber agua curativa no puede compensar una deficiencia de minerales existente, pero puede proporcionar minerales individuales en cantidades mayores. Por lo tanto, es importante elegir un agua curativa adecuada según la enfermedad, cuya mineralización corresponda a la deficiencia respectiva.

Luego, se estimula el metabolismo en los órganos respectivos, se pueden llevar a cabo procesos de curación y recuperación y se pueden mejorar las funciones de los órganos.

Tipos de aguas medicinales

Las aguas medicinales se pueden dividir en diferentes grupos, según qué mineral esté presente en grandes cantidades:

  • Aguas de carbonato de hidrógeno
  • Aguas sulfatos
  • Aguas de calcio
  • Aguas de magnesio
  • Aguas de fluoruro
  • Agua de dióxido de carbono (con ácido carbónico natural, no agregado artificialmente)

Dependiendo del tipo de agua, se estimulan el corazón, los intestinos, los riñones, la vejiga, la circulación y el metabolismo, también existen otros sistemas corporales que también pueden beneficiarse del uso de agua medicinal.

Uso de agua medicinal

El uso de agua medicinal indicado con más frecuencia es en forma de curas para beber. Los baños y otras aplicaciones externas representan un espectro de actividad diferente y normalmente solo se pueden realizar en baños terapéuticos.

Una cura para beber significa que, además de la ingesta normal de agua, también se consume agua medicinal en pequeñas cantidades durante el día. Esto puede suceder durante un período de tiempo ilimitado: un exceso de minerales prácticamente no se puede producir en el cuerpo, incluso cuando se beben grandes cantidades. La distribución en varias porciones pequeñas asegura que el cuerpo pueda absorber de manera óptima los minerales ofrecidos.

Es importante prestar atención a las posibles contraindicaciones a la hora de utilizar el agua. Con ciertas enfermedades, debe tener cuidado en cualquier caso, por ejemplo, con enfermedades renales existentes, donde es mejor evitar el exceso de líquido. Por cierto, el agua curativa se bebe mejor a temperatura ambiente para que el cuerpo pueda absorber mejor los minerales.

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