La lana en realidad no tiene que ser planchada
La lana tiene unas propiedades interesantes que nos facilitan su cuidado. Sus fibras, cubiertas de grasa de lana, apenas aceptan suciedad fina, por ejemplo, y los olores apenas se adhieren.
Por esta razón, a menudo es suficiente sacudir bien los productos de lana y ventilarlos a fondo para devolverles su forma higiénica. Se ve similar con el planchado: después del lavado, la tela suele volver a colgar suavemente y apenas se arruga.
Sin embargo, de vez en cuando a alguien se le ocurre la idea de planchar lana porque han aparecido algunas arrugas en alguna parte. En el siguiente párrafo aprenderá cómo volver a suavizar la tela.
La lana se plancha a baja temperatura.
Al planchar, ajuste la misma temperatura baja que para sus prendas delicadas. Pero por favor revise la etiqueta de antemano para ver si puede planchar su prenda. Si es así, siga estos consejos:
- Ajuste de temperatura baja para fibras sensibles
- Coloque un paño de planchar húmedo debajo
- O alternativamente, use vapor
- Dar la vuelta a la tela de antemano
- Nunca te quedes mucho tiempo en un solo lugar
- Planchar de forma ligera y holgada, no con presión
Vale mucho la pena cuidar tu ropa de lana. El material tiene excelentes propiedades térmicas, absorbe el agua en la superficie, pero sigue siendo transpirable.
Además, los tejidos de lana son ignífugos e incluso neutralizan en cierta medida el sudor. Por eso manejas las piezas buenas con mimo para que duren mucho tiempo.
Si su lana se ha decolorado en la ropa, aún puede esperar ser rescatada: tirarla no es absolutamente necesario. En la tercera parte de nuestra serie, aprenderá cómo hacer esto.
consejos y trucos
Siempre saque la ropa de lana de la máquina inmediatamente después de lavarla, hágala suavemente para darle forma y colóquela sobre una toalla para que se seque. De esta forma evitas las arrugas y por tanto también el planchado.