Cuando hay problemas con la manija de la puerta
La manija de la puerta se levanta varias veces al día, por lo que la cerradura está sujeta a desgaste. Pueden ocurrir desalineaciones a lo largo de los años. O la manija de la puerta cuelga un poco torcida o no se puede operar correctamente o no vuelve a su posición original. Hay bastantes posibilidades. ¿Cómo puede abordar ahora el problema si no hay opciones de configuración reales? A continuación, se incluyen algunos consejos y sugerencias para la resolución de problemas:
- Compruebe si la manija de la puerta, la roseta o la placa larga se han colocado correctamente o si posiblemente se hayan soltado.
- Si la manija de la puerta está rígida, esto puede deberse a una placa larga desalineada o un resorte defectuoso en la cerradura.
- Es posible que la cerradura de la puerta se haya quedado sin lubricante o esté muy sucia.
- Hay un defecto en la cerradura de la puerta.
Cómo solucionar estos o problemas similares
Siempre verifique primero si la manija de la puerta o algo más en la cerradura de la puerta se tambalea y necesita ser abrochado. Esto también se aplica a una manija de puerta colgante, que incluso se puede girar un poco sin abrir la puerta inmediatamente. Puede arreglar una manija de puerta suelta con la ayuda de un pequeño tornillo prisionero en la manija de la puerta, que debe apretarse. Al mismo tiempo, verifique los tornillos de fijación o su ajuste firme con el que se fijaron los rosetones de las puertas o las placas largas.
La cerradura puede estar defectuosa
Debe abordar el asunto de manera un poco diferente cuando la manija de la puerta ya no vuelva a su posición original. En este caso, debe verificar la cerradura de la puerta. A menudo, un pequeño resorte en la cerradura de la puerta está suelto o roto. Si ya no se puede colocar, se debe reemplazar toda la cerradura de la puerta. Por cierto, también puede subir el pomo de la puerta si es necesario. Todo lo que tiene que hacer es aflojar el tornillo pequeño en una de las dos manijas de las puertas, quitar la manija o las manijas de la puerta y volver a montarlas con un desplazamiento de 45 grados.